Yamada Tsuto y Kaojima Tomoko, usando sus uniformes de
colegio, estaban un poco alejados de la multitud, en una banca, viendo cómo los
demás bailaban y disfrutaban del final del festival. Había una gran tensión
entre los dos.
―Entré al equipo de atletismo ―Tsuto estaba sentado,
apoyando sus brazos en sus rodillas. Hablaba con tono aburrido.
―Lo sé ―Tomoko, a su lado, miraba en dirección
contraria. Tenía sus brazos cruzados, al igual que sus piernas.
―Me he esforzado mucho con el entrenamiento del equipo
y he continuado con el sufrimiento a mano de Yuu-chan.
―Lo sé…
―He llegado a dar resultados que impresionarían a
cualquiera.
―Es cierto.
― ¡Qué pasa entonces?
―…
― ¿Te avergüenzas de mí?
―N-no exactamente.
―¿Estás molesta por lo de esta mañana con el traje de
Yuu-san?
―Un poco… pero no es eso.
―¡No te entiendo! ¿Acaso es ese el problema?
―¡¿Por qué piensas que hay un problema?!
―¡Porque últimamente, hoy en especial, te has
comportado de forma extraña! ¡No eres la Tomoko que conozco!
―¿S-sabías que le gustas a dos chicas en la clase?
―¿Ah?
―Ono-san… c-creo que le gustas…
―¿Eso es lo que te molesta? Sabes que yo-
―¡Lo sé! ¡No tienes por qué decirlo de nuevo! ―Tomoko
se había sonrojado por completo. Tsuto pareció entender algo y sonrió.
―Y dime, ¿quién es la otra chica?
Tomoko bajó la mirada y colocó sus manos en las
rodillas. Su corazón latía rápidamente y su cara jamás había tenido un color
tan brillante.
―I-intenté decirlo en muchas ocasiones… pero
simplemente no… ―Tsuto suspiró aliviado. Acercó la cara de Tomoko y le dio un
beso en la mejilla― ¡Q-qué estás haciendo?
―La próxima vez no fallaré, pero sólo lo intentaré
como tu novio oficial.
―S-si ese era el caso… n-no debiste fallar, entonces.
Tsuto sonrió.
―Buena chica ―Se acercó a ella y la besó.
Asakura Yuuko estaba sola en la azotea del colegio
mirando la luna algo distraída. Continuaba deprimida por lo que había sucedido
esa tarde con Dai, y preocupada por lo que fuera que le ocurrió a su prima
Sakura. Su teléfono celular sonó. Ella miró el número y, al reconocerlo, sonrió
dulcemente.
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